martes, 2 de diciembre de 2014

Sabias que este año la peseta hubiera cumplido 133 años.

Se rinde homenaje a la peseta con un sello en conmemoración de su 133 aniversario


que reproduce la moneda y el ultimo billete de una peseta. Que asi mismo lo que poca gente sabe es que es un homenaje a la armada invencible y a uno de sus capitanes.


Por lo tanto nos vamos a ocupar del billete. Que tenia por una cara a un galeón español.
Este galeón fue uno de los que salío vencedor en la batalla de Lepanto.. Se enfrentaron en ella la armada del Imperio otomano contra la de una coalición cristiana, llamada Liga Santa, formada por el Reino de España, los Estados Pontificios, la República de Venecia, la Orden de Malta, la República de Génova y el Ducado de Saboya. Los cristianos resultaron vencedores, y se salvaron solo 30 galeras turcas. Se frenó así el expansionismo turco por el Mediterráneo occidental. En esta batalla participó Miguel de Cervantes, que resultó herido, y perdió la movilidad de su mano izquierda, lo que valió el sobrenombre de «manco de Lepanto». Este escritor, que estaba muy orgulloso de haber combatido allí, la calificó como «la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros».1


Y por la otra cara a D. Alvaro de Bazan Marques de la Santa Cruz.

Que fue uno de los mas grandes marinos de la España imperial. Nació en tierra firme pero siempre fue un hombre de mar. Desde niño le tiraron las cavias, las amuras, la mayor. Fue uno de los grandes almirantes de la historia naval española y muy probablemente el hombre decisivo para que  ante el Turco ganáramos la batalla de Lepanto, y protagonista de otras muchas hazañas y venturas sobre la Mar Océano. Él debía haber sido el gran capitán de la Armada Invencible, pero la Parca se lo llevó de entre nosotros y del mandato de Felpe II algunos meses antes. Fue, ni más ni menos, el Almirante Don Álvaro de Bazán y Guzmán, grandísimo de España. Fue también I Marqués de Santa Cruz, señor de las villas del Viso y Valdepeñas, comendador mayor de León y de Villa mayor, Alhambra y La Solana en la Orden de Santiago; miembro del Consejo de su Majestad Felipe II de España, Capitán General del Mar Océano y de la gente de guerra del reino de Portugal.

Vino al mundo Don Álvaro el 12 de diciembre de 1526 en la villa de Granada, donde estaba destinado su padre, también marino y militar. La familia procedía muy probablemente del navarro Valle del Bazán, y su escudo era un tablero de ajedrez, aunque ya hacía generaciones que se habían instalado en Castilla. El abuelo de nuestro héroe, también Don Álvaro, había participado en la toma de Granada como uno de los Capitanes Generales de los Reyes Católicos. Su padre, Álvaro de Bazán El Viejo también fue un gran marino, que participó por ejemplo en la llamada Jornada de Túnez, peleando a las órdenes de Carlos V.

Cuando nació nuestro Álvaro, su padre era Capitán General de las Galeras de España y pronto quiso que su hijo hiciera carrera. Viento en popa a toda vela. Por ejemplo, consiguió que el emperador nombrara a su Alvarito Alcaide del Castillo de Gibraltar con tan solo ocho años. Con nueve, ya estaba a bordo de la nao capitana de su padre, curtiéndose en la marinería desde sus orígenes, como grumete. Además, era educado como un caballero por su tutor, Pedro González de Simancas que le hizo querer y admirar a poetas y escritores, y le introdujo en el mundo del humanismo.

Con tan solo doce años, en 1538, ya viaja con su padre en acciones militares y con dieciocho participa en la batalla de Muros al lado de su progenitor. Tres mil franceses se cuenta que quedaron allí para siempre. Mientras su padre va a dar noticia de la victoria al príncipe Felipe, Don Álvaro, con dieciocho primaveras se queda al frente de la escuadra. Pronto es puesto al mando de una armada para vigilar el sur de España, lo que llevará a Don Álvaro a la lucha contra los piratas berberiscos y los corsarios franceses. A los 28 años, es nombrado capitán general de la Armada, y dos años después, en 1556 derrota a un par de navíos ingleses.

Son tiempos en los que berberiscos y otomanos se están intentando hacer con varias plazas del Mediterráneo como Vélez de la Gomera hacia donde parte una flota comandada por Sancho de Leyva, con Bazán entre sus oficiales. El viaje fracasó y los buques volvieron a Málaga. Los piratas insistieron en sus ataques y Felipe II decidió que esta vez no se podía fallar: había que tomar Vélez de la Gomera.

El jefe del nuevo intento sería García Álvarez de Toledo y Osorio, con Don Álvaro de Bazán como lugarteniente. Esta vez el éxito fue total. En vista de los acontecimientos, los turcos decidieron atacar Malta, primer paso para la invasión de Sicilia. Pero Malta se defendió como un gato panza arriba, contando por supuesto con la inestimable ayuda de las tropas españolas bajo el mando de Bazán. A los cuarenta años, Don Álvaro de Bazán es nombrado Capitán General de las Galeras de Nápoles y poco después, el 19 de octubre de 1569 , Felipe II le concede el título de Marqués de Santa Cruz.


A ALVARO DE BAZAN Marques de Santa cruz (1526-1588) se le rindió homenaje en el billete de 1953 de peseta con el cual se le dijo adiós a los billetes de papel de una peseta.

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